miércoles, 3 de marzo de 2010

Piragüismo en el Guadajoz

Seguimos recopilando información, textos e imágenes, y cuantas referencias hablen de Albendín. Nuestra idea es la de mostraros visiones inéditas o al menos poco conocidas que muestren el potencial de desarrollo local de nuestro pueblo. Hoy os presentamos dos citas obligadas para los amantes del piragüismo.
De una extraemos el descenso en Piragua por el Guadajoz. Se trata de la Guía de itinerarios en el medio natural del término municipal de Baena editada por el Ayuntamiento de Baena (2000), sobre la volveremos en próximas entradas. De la web del Club Deportivo de Piragüismo de Córdoba os presentamos el relato de Pepe Arranz de una travesía en el embalse de Vadomojón (http://www.piraguacordoba.es/).

Descenso del Guadajoz en Piragua (Fuente: Guía de Itinerarios por el medio natural del término municipal de Baena. Edita: Ayuntamiento de Baena)
Trascurre por el cauce del río Guadajoz, junto al camino de Jaén, El río Guadajoz nace nutriéndose con las aguas procedentes de las serranías Subbéticas de Córdoba y Jaén. Su curso alto ha servido para establecer el límite administrativo con la provincia de Jaén, hasta el núcleo de Albendín, donde se interna ya en plena campiña cordobesa. A lo largo de su recorrido va excavando entre materiales muy diversos, pero tal vez los que más le marquen sean los salinos, que provocan altas concentraciones de cloruros en sus aguas de sabor salado.
En nuestro término municipal se le unen cauces permanentes unos, como el del río Marbella (cerca del cortijo de Izcar) y otros estacionales de los que citaremos algunos de este a oeste: Arroyo de Vela, del Doncellar, del Tinadillo, de Valdehocinos, de Consuegra, de Morana, del Alférez, de la Torre del Moro, del Pozo de la Higuera, de las Ganancias, de Hornerico, de Juan Cobos, de la Salina de Cuesta Paloma y río Guadalmoral (en los límites con Nueva Carteya).
Es aconsejable hacer este itinerario por tramos con la siguiente duración aproximada y datos de interés:

Presa de Brinca o casería de la fábrica-Puente del Palomar: Dos horas, pues el río presenta muchos meandros. En este tramo se pasa junto al cortijo de Morana la Baja y el cauce está en muchos puntos cortado por las ramas de los árboles que cruzan de un lado al otro y es preciso abrise camino entre ellas, Hay que estar atento a los restos de antiguas presas de palos que hemos de sortear.




Puente del Palomar-Puente de Piedra: Una hora y cuarto, Se sale en un pequeño rápido. Nos encontramos con presas o azudes en los que si hay poco cauce es preciso bajarse de la piragua y pasarlas andando, por el sonido brusco del agua se delatan. En este tramo se intercalan algunos rápidos muy atractivos. Hay que destacar aquí la noria situada poco ante de llegar al Puente de Piedra.





Puente de Piedra-Puente de la Maturra: Una hora. También de agradables y sencillos rápidos y de un paisaje que cautiva. Así mosmo es preciso estar atento a las presas para, a veces bajarse de la piragua y superarlas andando.







Puente de la Maturra-Presa de Izcar: Dos horas, por el gran número de meandros, Este trayecto se diferencia de los demás en la aparición de una gran extensión de zarzamoras junto a la zona de influencia de la desembocadura del río Marbella, con el consiguiente peligto para el piragüista. Menos rápidos que en los tramos anteriores. También hay que estar atentos a la presas.




Las duraciones reflejadas son aproximadas y siempre a un ritmo que nos permite disfrutar del paisaje y del contacto con el río en una práctica deportiva tan placentera.
La mayor dificultad que representa el río al navegar por él es este tipo de embarcaciones, aparte de las pequeñas presas y de los troncos secos que afloran desde el fondo, consiste en evitar las ramas de los tarajes que en gran parte del recorrido, si no llegan a cortar el cauce sí que lo estrechan al invadirlo por la superficie,
Este río aún mantiene unas formaciones riparias muy interesantes, dominadas por el taraje, especie indicadora de terrenos salobres, resistentes a las elevadas temperaturas veraniegas, A veces aparecen mezclados álamos blancos y negros, higueras, eucaliptos y alguna mimbreras, originando unas masas de arbolado que delatan perfectamente el trazado del río.
La diversidad de fauna es muy alta siendo destacables los cernícalos, carracas, abejarucos, ratoneros, mochuelos, autillos, comadrejas, ginetas, culebras de escalera y de herradura, galápagos y ratas de agua; incluso en invierno y en época de migración se pueden ver especies como el ánsar común, la avoceta, o el águila calzada. La fauna piscícola del río se ha visto gravemente afectada en las últimas décadas, unas veces por la actividad del hombre y otras por causa derivadas del clima de la zona.
La belleza de este paisaje interior es inigualable.

Travesía en Vadomojón (Fuente: Clud Deportivo de Piragüismo de Córdoba, http://www.piraguacordoba.es)
El domingo, 15 de noviembre, nos trasladamos hasta Baena para echar el día en el embalse de Vadomojón. Llegamos hasta la presa, muy cerca de Albendín, y embarcamos aprovechando la rampa del Club Náutico.




El embalse de Vadomojón es el único que represa las aguas del río Guadajoz, y sirve de frontera entre los términos municipales de Baena (Córdoba) y Alcaudete (Jaén). En este lugar confluyen dos grandes cursos fluviales: por el nordeste llega el río Víboras, y por el sudeste, el Guadajoz (en la comarca, este río recibe el nombre de río San Juan -su principal afluente-, y se reserva la denominación de Guadajoz para el resultante de la suma de ambos aportes, a partir de la presa).





Comenzamos la travesía por el río Víboras, un río que nace en Valdepeñas de Jaén, y toma su nombre de la Encomienda de Bíboras (por lo que es más correcto llamarle río Bíboras, del árabe bib -puerta- y Bora, una antigua ciudad). El río Víboras (o río Grande, como se le conoce a partir de su confluencia con el río Fuensanta) serpentea campiña adentro. El viento nos obligó a navegar muy cerca de las orillas, donde surgían (desde las aguas) los arbustos, principalmente tamujares.






Recorrido el Víboras hasta donde nos permitió la vegetación que inunda sus aguas, nos decidimos a realizar una breve incursión por el río Guadajoz (o San Juan). El flumen Salsum de los romanos nace en las sierras de Priego y, antes de ser repre sado en Vadomojón, recibe los aportes de varios arroyos (el del Aljibejo y el Pelado, principalmente) y, sobre todo, del río San Juan (a quien le llega a prestar el nombre). Por el Víboras, pudimos adentrarnos algo más de cinco kilómetros. La hora se nos echó encima, y apenas si nos dio tiempo a recorrer tres kilómetros del Guadajoz.

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