domingo, 28 de febrero de 2010

Hermandad de la Virgen de la Esperanza


Artículo que aparecerá en la Revista de Semana Santa 2010 de Albendín.
Autor: David Morales

Sírvame estas líneas, como homenaje a una gran persona, que nos abandonó tan pronto, como dolorosa y inesperadamente el pasado año. Su ilusión, su deseo, se está haciendo realidad.

Aquí está La Virgen de la Esperanza, su último deseo en vida, esa que tantos dolores de cabeza le trajo, pero como si de un hijo pródigo se tratase, que cuánto más obstáculos, problemas, e impedimentos le ofrecía, más ganas le entraba de verla procesionar por las calles de su pueblo le entraban. Esa Virgen encargada con todo su amor por Doña Marina Tejero, que se nos fue, dos meses después de ver igualmente cumplido su deseo de verla procesionar por primera vez, allá por la Semana Santa de 1998, a esa Virgen salida por las manos de su hijo Rafael, y organizado todo por su yerno.

Ahora, doce años después, y apenas con diez meses de vida, partiendo desde cero, con las dificultades que eso conlleva, la Virgen de la Esperanza vuelve como si de un ave fénix se tratase, con el compromiso firme de un grupo de personas que creen todavía en la Semana Santa de Albendín, que la fe y las buenas intenciones mueven montañas, que cuando algo se quiere hacer, y es por el bien de una colectividad, no hay barrera que detenga esta avalancha, que cuando la palabra Hermandad, es llevada a su sitio, y los lazos entre todos los que formamos esta familia de la Virgen de Esperanza, se unen formando lo que al día de hoy es una verdadera familia, es cuando se puede decir a ciencia cierta que no hay obstáculo ni físico, ni material, ni económico, ni de ninguna forma o cosa que se capaz de frenar a esta Directiva ni a sus Hermanos.

Hemos de dar las gracias a todas esas personas que sin su apoyo muchas veces público, otras desde el anonimato, otras aportando lo que tienen y otras colaborando, estamos ya casi a punto de ver este nuestro sueño convertido en realidad. Al igual, damos las gracias tanto a D. Vicente, como a D. Francisco, los párrocos que nos han ayudado en todo momento, y que sus consejos hemos llevado a cabo, al igual que a D. Pedro Soldado, Delegado del Obispo, que tuvo la amabilidad de recibirnos y apoyarnos en nuestra iniciativa. Y en definitiva damos las gracias a todo el pueblo de Albendín, y nos ponemos a disposición de ellos con la idea de volver a tener una Semana Santa como las de antes, participativa, ilusionante, y sobre todo con fe, con la convicción de que se está haciendo algo bueno y algo grande por nuestro pueblo y vecinos, y que las cosas bien hechas desde el comienzo son para siempre, y que las prisas y los protagonismos, no son buenas consejeras.

No quiero terminar sin recordar nuevamente a la persona que al comienzo hice mención, sé que desde el cielo, desde la estrella que más brille el Jueves Santo, nos estará viendo, orgulloso y feliz, y sabemos que desde allí nos está ayudando día a día.

Siempre en nuestros corazones. Alfonso Briceño.